En la
mitología escandinava Ymir es el Padre de los Gigantes, el primer ser viviente que existió. Los
gigantes nacieron de su sudor. Según esta mitología, al principio de los tiempos, cuando reposaba, dos seres vivos, hombre y mujer, se habían formado en el sudor de su axila izquierda; al mismo tiempo, sus pies juntos habían formado un niño. Ésta fue la primera generación de los gigantes. Los gigantes, al ser anteriores a los dioses, no dejan nunca de amenazar su imperio. A
Ymir le dieron muerte los hijos de
Bor (
Odín, Vili y Ve), nacidos del agua y de la vaca
Audumla. De su cuerpo brotó un inmenso río de sangre, lo bastante abundante como para llenar lo que quedaba del abismo originario. En el océano de sangre pereció toda la descendencia del gigante. No obstante, uno de los hijos escapó a la muerte, aferrado con su mujer a una débil barca. Esta pareja bastó para engendrar una nueva generación, y la raza de los gigantes renació del desastre.